martes, 21 de enero de 2014

Javier

La noche estaba llegando, Javier no regresaba a casa desde la noche anterior, en la que había salido de copas con sus amigos. Él no solía tardar. Una noche más su familia le esperaba para cenar.

Don horas más tarde, llegó borracho, olía fatal a alcohol y a tabaco. Su mujer le preguntó que cómo se le ocurría regresar así a casa. Él le arreó una guantada y le dijo que quién era ella para hablarle así. Sus hijos, al ver  a la madre llorando y tirada en el suelo.fueron con ella. Él volvió a hacerle a sus hijos lo mismo que a su mujer. Los echó de casa y se quedó a solas con ella. Desde la ventana veían cómo le pegaba. Sin dudarlo, inmediatamente, llamaron a la policía.

Cuando Javier vuelve a la normalidad, se da cuenta de que ha perdido una familia.

Ángela Barbero

1 comentario:

  1. Una prueba más de que el alcohol mezclado con trastornos que una persona pueda tener en la cabeza no es una buena mezcla. ¿Qué culpa tiene esa madre y esos hijos de los desvarios de su marido? El alcohol sólo ocasiona problemas si se toma sin conciencia. Debemos tener la madurez necesaria para saber que tenemos una familia que nos quiere y que nosotros la queremos también y que por actos como esos podemos ser capaces de romper toda una vida de alegrías y estabilidad familiar.

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