martes, 1 de abril de 2014

SÍSIFO ANTE EL VASO DE VINO.

Lo cantaron los griegos primero y aunque olvidemos los detalles, el castigo divino pasó de generación en generación: subir una piedra enorme hacia la cima, y justo antes de alcanzar la meta, la piedra caía y Sísifo tenía que comenzar de nuevo a subir colina arriba con la pesada carga.
Lo contó después un tal Camus, existencialista y francés, valga la redundancia, y Sísifo se hizo de carne y hueso porque Sísifo podría ser cada uno de nosotros: un tipo vencido por el absurdo, sin respuestas, viviendo porque sí, sin hacerse preguntas.

Y te lo cuento yo ahora, con unos versos robados a Parra, tú que ignoras al personaje, pero comprendes metáforas y analogías: 
“Ninguna plenitud
será más alta que el oscuro sótano
del vino”.

Antonio Martín

No hay comentarios:

Publicar un comentario