A la noche mis amigos y yo nos fuimos a celebrarlo a un botellón, y nosotros bebíamos y bebíamos sin parar; alcohol, drogas y mujeres es lo que nos rodeaba, menuda celebración estábamos pasando. Hasta que de repente me desplomé al suelo, no recuerdo nada más, solo recuerdo que estaba en el hospital a punto de morir, pero me salvaron y me di cuenta de que por ser mayor de edad no hay que beber sin cabeza, así que cuando bebía, bebía poco.
Rocío Márquez
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