Esta es la historia de un pequeño joven con un gran futuro
que lo perdió por culpa de la gran sensación que le daba el alcohol un día de
fiesta.
Empezó cuando a finales de curso, había acabado la ESO y
estaban en la fiesta de graduación. En esa fiesta todos iban a beber, él no iba
a ser el único que no lo haría. Ese día, que él recuerde, fue unos de los que mejor se lo pasó: tenia a
su novia, a sus amigos y una falsa sensación de bienestar producida por la
bebida. Aunque no le duró mucho, ya que al día siguiente no se acordaba de nada
de lo que había hecho.
Cuando fue a hablar por teléfono con su novia ella lo
ignoraba y le colgaba. Más tarde se enteró de lo que había pasado. La había
perdido para siempre por haberla tratado mal y por haberse liado con otra
chica. Eso lo dejó hundido.
Pasó un tiempo y decidió dejar eso en el pasado y salir con
sus amigos. Pero sus amigos hacían lo mismo que le había hecho su novia. Le
volvió a pasar lo mismo, se enteró más tarde de lo que le había pasado: él,
estando borracho, les había hecho meterse en peleas y se había portado mal con
ellos.
Lo que el alcohol borró de su mente también lo hizo para
siempre.
Manuel Cabezas
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