lunes, 19 de octubre de 2015

MI ÚLTIMA GOTA


-Lucas, venga tenemos que irnos.
+Cariño solo la última copa y nos vamos.
-Amor ya has bebido suficiente por hoy
+Laura, cielo, es mi cumpleaños y quiero celebrarlo como es debido.
Minutos más tarde...
-¡Conduzco yo!.
+¡No, conduzco yo!.
-Has bebido mucho, debería conducir yo.
+Lo dicho conduzco yo, es más cariño sabes que yo controlo.
Ambos se montaron en el coche, se ponen en carretera y tras varios minutos conduciendo, Lucas se distrae mirando el cielo estrellado. De repente Laura empieza a gritar, Lucas intentó frenar pero es demasiado tarde. El coche de Lucas chocó contra un camión, por suerte el camionero salió ileso pero por desgracia Lucas había perdido el conocimiento y Laura había muerto en el acto.
Horas más tarde Lucas despierta en un hospital, se encuentra rodeado de cables e intenta quitárselos de encima; de repente entra un doctor y al ver lo que está haciendo grita:
-¡Quieto! Tienes que guardar reposo.
+¿Qué ha pasado? ¿Y Laura?.
-Tuviste un gran accidente y perdiste el conocimiento y te lesionaste una pierna, pero por suerte ya has recuperado el conocimiento y estas bien; y con respecto a la pierna se recuperará.
+¿Y Laura?¿Dónde está Laura?.
-Es demasiado pronto para decírtelo.
+Ha muerto, ¿Es cierto? Diga me usted que no, que está bien.
-Lo siento chico, pero murió en el acto.
+No, no puede ser tenía que haber muerto yo... no ella.
Lucas se echó a llorar, estuvo meses, e incluso años sin ganas de salir e de relacionarse con la gente; no hacía nada más que pensar en aquella noche, pero fue fuerte y salió de aquella depresión. Ya hace 7 años de aquel accidente, Lucas vuelve a ser igual que antes pero siempre que le ofrecen una copa dice:

+Gracias, pero no quiero, hace años me hice la promesa de que no volvería a probar una gota de alcohol ya que él me quitó a lo que más quería.


Miriam Ruiz

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