lunes, 23 de noviembre de 2015

Pequeñas dosis

Nada más lejos de la realidad, aquél chico descubrió que basaba su felicidad, en pequeñas dosis mezcladas con sal, y limón, en aquellas noches en las que pretendía disfrutar sin control el solía, alocarse sin miedo mientras el coma se adueñaba de él.

Álvaro López

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